Amigeeks de mi vida y de mi amor, ¿cómo están? Sé que los he tenido abandonadísimos y sí, soy un mega culero y mal ser humano por eso, pero les juro que he andado más en friega que nunca, pero ahorita me di un ratito para escribir un par de artículos para ustedes y esta vez quise comenzar citando esa famosa canción de Jeans para recordar aquellos tiempos en los que éramos unos pequeños renacuajos y que vivíamos enamorados de un compañerito de la primaria o secundaria y en nuestra mente ESA era su canción.
Y tal vez se pregunten (o tal vez no y más bien les valga madres) qué tienen que ver esa canción y esa situación con la imagen de Marceline y Dulce Princesa de Hora de aventura besándose… PUES MUCHO, o por lo menos, así me lo parece a mí.
No sé si vieron el final de Hora de Aventura, pero Marceline confiesa su preocupación y atracción por Dulce Princesa cuando esta está en peligro y luego le planta un besote de esos que seguro les mojaron sus pantuflas de caricatura.
Me recordó mucho cuando estaba chiquito y vivía enamorado de uno de mis compañeros, todo el tiempo estaba pendiente de lo que hacía, lo que decía, procuraba estar en su equipo de trabajo, en ayudarle a hacer las cosas de la escuela… Vaya, en que estuviera bien, cuando seguramente él ni se daba cuenta (o si es que lo hacía, le valía pura reata).
Me encantó ver en este episodio final cómo Marceline se llena de valor para hacer algo que siempre quiso, porque siempre lo sintió, que le demostró a Dulce Princesa (y a todos los que estaban en aquella batalla) que estaba dispuesta a todo por amor. Me encantó porque creo que es importante hacerle ver a los niños desde que son pequeños, además de que está bien tener una orientación sexual distinta a la de la mayoría de sus amiguitos, que está bien ser valientes, que está bien buscar lo que quieren y no callar sus sentimientos por nadie, digo, igual y son correspondidos, igual y no, pero por lo menos existe el intento. Así que, bien por ti Marceline y gracias por abrirle camino a algunos niños que seguramente se identificaron contigo cuando vieron ese capítulo, como yo.
Es emocionante que cada vez demos más pasos para llegar a ese punto en el que todos seamos vistos con naturalidad, que no se tenga que contar “soy gay” sino que simplemente sea, como es.
Ay amigeeks, pues gracias por leerme de nuevo, si tiene comentarios o quieren contarme cómo fue su etapa Marceline cuando eran chavitos, escríbanme, los leeré con gusto.
Y pos nos vemos en la próxima ocasión con un artículo que se que a más de uno le hará pintarse las pestañas y salir a defender el honor gay.
Les quiero, les awo, les mando un beso o dos y nos leemos pronto, amigeeks. Bais.